Estás desnudo./ Sentado./ Entre el vacío./
Y la oscuridad es eterna,
Y la densidad imponderable.
Estás allí y no piensas nada./ Sentado./
Como si desearas de pronto ya estar afuera…
Sencillamente afuera./
El agua resbala como viento en tu frente brillante.
El mundo es un anciano
que en cualquier momento caerá.
Estás entre el vacío./
|Ya está hecho tu obituario.|
Caminas por esa cuerda delgadísima que ha de desatarse.
Te miras a ti mismo como en una especie de desdoblamiento
y te escupes en la cara,
das puntapiés en tu estómago.<
Te molesta tremendamente que hayan puesto “murió un enfermo”
en lugar de “murió un poeta”,
que era lo que toda tu vida
habías pensado que estaría escrito sobre ti
toda tu muerte.
Estás tan solo que piensas que deberías,
|o más bien debes| creer en algo; pero no sabes en qué.
Lo buscas pero no lo encuentras
y, aunque no te das por vencido,
decides dejarlo.
Escudriñando pasadizos en las paredes/
encontrándolos esporádicamente
para no darles importancia./ No tomarlos en cuenta.
Se presentan a cada hora
nuevos síntomas de decaimiento |decadencia|
en tu cuerpo.
-Ya tu rostro se ve afectado-.
Estás desnudo./ Tirado./ Frío./
>Entre el vacío.<
1999
*Imagen: SHANNON HOURIGAN